Mi esposa, ella está aquí en alguna parte, ella recibió una carta de una señora de por aquí de Illinois, el otro día. Me llegó hasta el alma. Esta señora dijo: "Hermana Branham", dijo: "No hay duda que en muchas ocasiones, durante su vida, desde que Ud.
ha estado casada, que Ud. ha sufrido mucho, siendo que el Hermano Branham se mantiene fuera, y teniendo esos niños". Y dijo: "Los niños, por supuesto, lloran por su padre y demás", y dijo: "Yo sé cómo se siente, porque yo misma tengo un esposo encantador". Ella dijo: "Pero le voy a contar mi condición". Ella dijo: "Yo-yo he tenido cuatro operaciones mayores en los últimos cuatro años". Dijo ella: "Yo tomo...yo tomaba de quince a dieciséis tranquilizantes al día". Y dijo ella: "Me ponía tres diferentes inyecciones de Lextrón y demás, por semana". Y dijo: "Yo tomo un montón de tabletas para dormir, y la cosa más reciente para apaciguar los nervios y esas inyecciones, y yo tomaba el doble de la dosis de las tabletas para dormir en la noche y no podía dormir".
Y dijo: "Mi doctor me había dicho que yo debería de ir a una institución para enfermos mentales antes que fuera muy tarde; y allí pudiera haber una esperanza de que ellos puedan salvar mi mente". Y decía: "Y no había nada en términos de medicina en ninguna parte que pudiera ayudarme". Y ella decía: "Yo pensaba suicidarme, hice planes de dejar a mi esposo amado y a mi hijita". Ella dijo: "Vivimos en Kansas. Me gusta, porque vemos el grano madurándose y pensamos en la cosecha".
Yo pienso que ella era Metodista. Y dijo que en donde...Y luego, allá en el colegio Metodista en Bloomington, Illinois, ellos en un periódico se dieron cuenta que yo iba a estar allí, de esto hace once meses. Muchos de Uds. recuerdan la reunión de Bloomington; Uds. estuvieron allá. Y ella dijo: "Mi esposo y algunos amigos me recogieron y nos fuimos", y dijo: "El Señor sabía que no podía soportarlo un día más".
Ella estaba mucho muy mala. Y dijo: "Yo fui la primera persona; su hijo Billy Paul, me dio una tarjeta. Y esa noche cuando su-cuando su esposo llamó los números, yo fui la primera en la línea para que se orara". Y dijo: "Tan pronto como llegué a la plataforma", dijo ella: "El me dijo mi vida, me dijo lo que había hecho, y cada-todo al respecto, y dijo:
'ASI DICE EL SEÑOR, todo está terminado'". Dijo: "Desde ese mismo momento, yo nunca he tenido otro dolor". Dijo: "Yo pesaba setenta y algo de libras [treinta y algo de kilos.-Traductor]; yo peso ciento sesenta y cinco y algo [setenta y cuatro y algo de kilos.-Traductor], ahora". Y dijo: "Hermana Branham, cuando Ud. se sienta sola", dijo:
Yo sé cómo se siente compartiendo a su esposo con el mundo y cosas así", pero dijo ella: "Recuerde a una esposa de Kansas que hoy es libre porque él estaba dispuesto a rendirse al Señor". Yo se la mostré a Billy; le dije: "Billy, yo quiero que envíes esto a ese colegio Metodista". El estiró su mano y cogió un montón y dijo: "Lee algunas de éstas".
Yo dije: "Yo sé, yo sé-yo sé que son maravillosas, pero con ésta es suficiente, ésta lo tiene todo".
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