Yo tengo dos niñitas en casa. Una de ellas está bastante alta ahora. Como... Me imagino que hace como unos cuatro o cinco años, mi pequeña Rebeca estaba muy joven en ese entonces, tenía como unos ocho años. La pequeña Sara tenía como unos cuatro años. Y yo había estado fuera en unas reuniones. Y ellas son las consentidas de su papi. Todos nosotros nos sentimos de esa manera, de nuestros hijos. Y así que ellas estaban esperando que yo llegara a casa, y mami les dijo que yo llegaría a casa como a-como a medianoche, ella pensó. Ellas trataron de quedarse despiertas, pero les dio mucho sueño, y se tuvieron que ir a acostar. Y yo llegué como a las tres de la mañana. Y había estado fuera por varios servicios, y estaba cansado, como muchos de Uds. hermanos saben cómo se siente para ese entonces. Así que yo no podía descansar. Y yo me levanté temprano, como a las cinco de la mañana, y estaba sentado en el cuarto, en la sala, con el... en la silla, como descansando. De repente oí un alboroto allá en la recámara, y ahí venía Rebeca. Ella... la mayor; ella despertó primero. Ahí venía ella atravesando la sala tan rápido como podía, y de un salto cayó a horcajadas sobre mis piernas, y me abrazó, y me empezó a apretar, diciendo: "¡Mi papi! ¡Mi papi!" Oh, Uds. saben cómo su corazón se hincha entonces.
Bueno, ella despertó a su hermanita. Y así que su-su hermanita era como unos cuatro años menor. Y yo no sé si sus niños lo hacen o no, (me imagino que sí), pero los míos sí, la menor usa la ropa de la mayor, Uds. saben, el "pasar lo usado al otro". Y Sara traía puestas los pijamas de Rebeca, y los pies estaban mucho muy grandes, y las piernas estaban muy largas. Y ella no podía correr muy bien, moviendo esos pies grandes como los conejos, Uds. saben, como con zapatos para la nieve puestos, tratando de mover esos pies al correr. Y yo como que pensé entonces, cuando las vi corriendo... que Rebeca, sus piernas eran largas y de un salto ella cayó a horcajadas en mis piernas así, y sus pies estaban bien asentados en el piso, Uds. saben. Y ella estaba sentada allí abrazándome, ¡y oh!, yo la amo a ella. Y yo pensé de eso siendo la iglesia, Uds. saben, las grandes iglesias que han estado aquí por mucho tiempo, establecidas, saben de lo que ellas están hablando. Tienen hermosos coros educados, con todas las octavas y todo exactamente correcto, Uds. saben. (Me imagino que lo dije correcto. ¿Octavas? Lo-lo dije mal; lo que... notas, o lo que vaya....)
Así que entonces, la pequeña Sara, ella, como un grupito Pentecostal (¿ven?), ella no ha estado aquí por mucho tiempo. Ella no fue enseñada así. Así que, ella venía por la sala, tropezándose, cayéndose. Y para el momento que ella llegó a la puerta, Rebeca se volteó, teniéndome abrazado, y dijo: "Sara, mi hermana, quiero que sepas que yo estaba aquí primero. Yo estaba aquí primero, y yo tengo todo a papi, y no hay nada que quede para ti". (Eso es lo que ellos tratan de decirnos, ¿ven?) Así que, la pobre Sarita se miraba muy triste. Su labio pequeño se le colgó, sus ojitos cafés... Y ella se miraba como que estaba lista para llorar, porque todo su papi estaba tomado, ya no había nada más que quedara para ella. Yo le guiñé el ojo, y saqué una pierna y le hice señas que viniera, y ahí venía ella. Eso es todo lo que ella quería, sólo un pequeño ánimo. Así que ella, de un salto cayó a horcajadas en mi pierna. Y estaba algo pequeña, Uds. saben, y su... ella era un poco torpe. Sus-sus piernas no tocaban el piso para que la balancearan. Así que con mis dos brazos la abracé para sostenerla, para evitar que se cayera. Ella me abrazó un ratito y levantó esos grandes ojos cafés, y me miró. Ella dijo: "Rebeca, hermana mía, yo te quiero decir algo". Ella dijo: "Pueda ser que tú tengas todo a papi, pero quiero que sepas una cosa: papi me tiene toda a mí". Así que, me gusta estar en donde Jesús nos tenga todo a nosotros. Pueda que no tengamos todo el... pero lo importante es que El nos tenga todo a nosotros. Sólo estar tan completamente en El, hasta que estemos perdidos en Su bondad. Y allí es cuando le puedo adorar a Él en Espíritu y en verdad.
61-0128 ¿Por Qué? .