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lunes, 26 de diciembre de 2011

EL BAUTÍSMO DEL ESPÍRITU SANTO

 

     
EL BAUTÍSMO DEL ESPÍRITU SANTO
     

  Cuando un hombre es convertido,  eso no significa que... Aquí hay una enseñanza buena y profunda. Espero que Uds. la capten. Hace tiempo... Yo les estaba contando a algunos hermanos el otro día.

Un hombre sentado en mi porche, dijo: "Hermano Branham, yo antes era un hombre de negocios. Y yo he pasado años procurando ser salvo". Y me contó todos sus problemas. Dijo que su esposa fue allá y recibió el Espíritu. Y ella no podía... El, "no podía recibir el Espíritu".

Yo dije: "¿Qué es lo que quiere decir, hermano?" Y él me dijo de dónde era, y él mismo se expresó. El dijo... Yo dije: "¿Está Ud. procurando ser salvo?"
El dijo: "Sí. Yo estoy procurando ser salvo".
Y yo dije: "El Señor quiere...."

Dijo: "Yo creo que he cruzado la línea, Hermano Branham, a donde uno no puede ser salvo".
Yo dije: "Oh, no sé".

El dijo: "Mire, yo fui a las reuniones de Billy Graham, un gran predicador famoso". Y él es un maravilloso hombre de Dios, haciendo una gran obra por Dios. Y él dijo: "Yo fui a sus reuniones, y él dijo: ‘Todos los que quieran ser salvos levanten sus manos'". Y dijo: "Yo levanté mi mano, y entré a un cuarto de interrogatorio". Dijo: "Luego ellos me dijeron, allí, que tenía que aceptar a Jesús". Y dijo: "Me arrodillé y oré. Y él me dijo: ‘¿Cree ahora Ud. en Jesucristo?' Yo dije: ‘Sí', dije, ‘yo lo acepto a El como Salvador personal'. Dijo, él dijo: ‘Ud. está salvo ahora'". Dijo: "Nada me pasó a mí".

Dijo: "Yo seguí entonces por un par de años, y encontré a los hermanos Metodistas Libres, quienes dijeron que yo tenía que ‘ponerme lo bastante contento para gritar'". Y él dijo: "Ellos oraron por mí, y todo, al grado que me sentí lo bastante contento para gritar". Dijo: "Ellos dijeron: ‘Ahora Ud. lo tiene. Ud. tiene santificación'". Dijo: "Me salí". Y dijo: "Yo estaba buscando todo lo que yo podía". Dijo: "Yo todavía no lo tenía".

Dijo: "Yo fui a las reuniones del Hermano Roberts, Oral Roberts". El dijo: "Ellos entraron al cuarto y me dijeron que yo tenía que recibir el Espíritu Santo, y que tenía que ‘hablar en lenguas', o yo no lo tenía". Dijo: "Entré otra vez allí, y ellos tenían... oraron por mí, y–y me dijeron que hablara con el Señor". Y–y dijo: "Yo–yo hablé en lenguas".

El dijo: "Hermano Branham, yo todavía no lo tengo". El dijo: "Yo no sé qué hacer".
Yo dije: "Mire, mi hermano...."

El dijo: "Yo estuve allá en Shreveport, con La Voz de Sanidad, y ellos me dijeron que Ud. era un profeta; que viniera aquí y Ud. podría revelarme, cuando el Espíritu viniera sobre Ud., cuál era mi problema".

Yo dije: "Hermano, uno no tiene que ser un profeta para hacer eso. La Palabra de Dios arregla eso". Yo dije: "No se necesita profecía".

Yo dije: "Mi hermano, la única cosa es que Ud. simplemente está confundido". Yo dije: "Yo quiero preguntarle algo: ¿Amó Ud. siempre al Señor Jesús?"

El dijo: "Bueno, yo–yo pertenecí a la iglesia Presbiteriana, pero", dijo, "yo solamente iba allí".

Yo dije: "Bueno, yo quiero preguntarle: ¿qué sucedió, qué le ocurrió a Ud. que cambió de repente su manera de pensar?"

El dijo: "Bueno, mi esposa, ella fue adonde los Pentecostales", dijo, "y ella recibió el Espíritu. Y así que entonces ella regresó", dijo, "y ella estaba contenta". Y dijo....
Yo dije: "¿Qué pensó Ud. acerca de eso? ¿Lo criticó Ud.?"

El dijo: "No". El dijo: "Yo sencillamente pensé: ‘bueno, veré cuánto dura'". Y dijo: "Continuó". Dijo: "Parecía que ella lo tenía".

Y él dijo: "Un día, yo iba entrando de hacer una venta en el patio ["yard sale": Costumbre norteamericana de vender a precios muy bajos cosas usadas, en los patios de enfrente de las casas–Trad.], y sucedió que metí la mano en mi bolsillo, y alguien me había dado un pequeño folletito". Y dijo: "Me senté en la oficina y empecé a leer este folleto". Y dijo: "El sentir más aterrador vino sobre mí, de que yo debía estar bien con Dios". El dijo: "Yo lo he estado buscando desde entonces".

Yo dije: "Yo quiero preguntarle algo: Cuando ese sentir vino sobre Ud., ¿Ud. nunca ha podido deshacerse de él?"
El dijo: "No, señor, no he podido".

Yo dije: "Bueno, allí fue cuando Ud. recibió a Cristo". Yo dije: "No significa ‘levantar sus manos'. Eso está bien. ‘Hablar en lenguas', eso está bien". Y yo dije: "Gritar, eso está bien. Pero esos son atributos de Cristo después que El entra". Yo dije: "Recibir a Cristo es recibir la Persona, Cristo Jesús. ‘Recibirlo a El, es Vida'". Yo dije: "Gritar, hablar en lenguas, y todas las demostraciones", yo dije, "esos son atributos que siguen a Esto. Pero, primero, es recibir a Cristo".

El dijo: "¿Entonces, Hermano Branham, yo he estado salvo todo el tiempo?"
Yo dije: "Seguro. Mire", yo dije, "¿le ama Ud. a El?"
El dijo: "Con todo mi corazón".
Yo dije: "En una ocasión Ud. no le amaba".
El dijo: "Correcto".
"¿Y ahora le ama Ud.?"
El dijo: "Bueno, eso es la verdad".
"Bueno, Ud. lo tenía a El todo el tiempo".

208 Y él dio un salto en el porche, y empezó a llorar, y me abrazó. Y dijo: "¡Oh, Dios, yo he sido Cristiano todos estos años!"

¿Ven Uds.?, lo que pasó, fue que a él no se le fue aclarado en el principio. ¡Aleluya!

¿Qué? Ud. no pudiera hacer un cordero de un cerdo, si es que quisiera. El es un cerdo, para empezar; él atiende a sus propios negocios, y le dice al cordero que atienda a sus propios negocios. La única manera que Ud. pudiera hacer a ese cerdo creer que está mal que él esté en un chiquero, sería poner en él un espíritu de cordero. Si él alguna vez recibe una alma de cordero en él... mejor dicho, un cordero no tiene alma. Pero si él alguna vez recibe el espíritu de un cordero en él, ¡la mismísima naturaleza de la cosa! Esa es la razón que uno no puede convertir a un cerdo, uno no puede convertir a un cordero, porque él no tiene alma. Lo que él es en su espíritu, es esa misma naturaleza que tiene para siempre. ¿Ven?

Pero un ser humano puede ser cambiado de un cerdo a un cordero, porque él tiene una alma hecha a la imagen de Dios. ¡Amén!

Bueno, sus pensamientos cambiaron. Algo lo hace por él. ¡Aleluya! "Como un hombre piensa en su corazón". ¿Ven? Cristo el Creador vino a él en una forma quieta, y se creó. Su propio Espíritu quitó la naturaleza del hombre de gustarle bailar, y el mundo, y vivir desordenadamente, y desde ese momento, él la puso a un lado y empezó a tener hambre por Dios. Y Dios estaba en él todo el tiempo. Era Dios, desde el principio. ¿Ven? Allí lo tienen. Amén.

"Como el hombre piensa". Tiene que llegar a ser un pensamiento antes que pueda llegar a ser una palabra. Y una palabra, expresada, se materializa. Yo creo en mi corazón que yo soy Cristiano porque he aceptado al Señor Jesucristo, aunque yo no llore, aunque yo no me mueva, aunque yo no haga nada. En mi corazón, primero, yo creo que Cristo murió por mí, en mi lugar. Amén. Yo lo acepto, como Cristiano; yo lo creo, como Cristiano; entonces está en mi corazón. Luego yo lo expreso en palabra: "Yo soy Cristiano". ¡Aleluya! Luego yo empiezo a caminar como Cristiano, a hablar como Cristiano, a vivir como Cristiano, a ser Cristiano. Y por mis frutos yo soy reconocido por el mundo, como Cristiano. ¡Aleluya!

54-1003 (t) La.Palabra.Fue.Hecha.Carne paf(189-212)